La cultura inca o incaica fue el resultado de la mezcla de tres culturas anteriores: Tiahuanasco, la cultura Nazca y Mochica-michu .
Los incas estaban gobernados por un jefe quien ejercía de monarca teocrático y hereditario. Este jefe era considerado hijo del sol y en él se concentraban los poderes del estado.
Vivían principalmente de su producción agrícola. Utilizaban técnicas avanzadas que se adecuaban a las dificultades de los terrenos andinos. Los productos que solían cultivar eran los frijoles, el algodón y la papa.
Además de la agricultura, también domesticaron animales y practicaron la explotación de minerales.
Entre sus construcciones más emblemáticas se encuentran diferentes fortalezas y templos como el conocido Machu-Picchu.
A pesar de toda su grandeza, el Imperio Incaico existió poco más de un siglo.
Los Incas impusieron su modo de vida en las zonas que iban conquistando. Para cuando los españoles llegaron, la mayoría del área de los Andes había sido totalmente controlado bajo las leyes de los Incas.
En la sociedad inca, las clases sociales estaban bien diferenciadas. El clan incaico nutrió la aristocracia, de la que procedían el alto clero y el alto mando militar y político. Esta nobleza incluía a los miembros de la familia del inca, sus funcionarios y delegados y a los oficiales del ejército. El estrato social posterior estaba compuesto por una nobleza inferior, formada por los caciques locales y por los funcionarios de baja categoría.
Más tarde estaba el resto del pueblo, los artesanos y agricultores. En el último estamento se situaban los esclavos. La unidad social fue la gran familia, llamada ayllu, compuesta por los descendientes de un mismo antepasado común y constituía una unidad endogámica en los aspectos económicos, militar y religiosos.
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